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ALMANZOR – Un poco de Historia

 

El Moro Almanzor es una figura histórica mítica y legendaria que ha quedado gravada en el subconsciente popular.

Aunque existen dudas acerca de la fecha exacta de su nacimiento todo parece indicar que éste se produjo en algún momento del año 938.

El verdadero nombre del “Moro Almanzor” era inicialmente: Abi Amir Muhammad. El mismo se cambió su nombre tras una de sus muchas victorias por el de Al-Mansur Bi-Allah (“el Victorioso de Dios”) y de la castellanización de este segundo nombre surgió el que conocemos como  Almanzor.

 

 

El Moro Almanzor es uno de los personajes destacados de la Reconquista protagonizada por moros y cristianos. Participó en numerosas y cruentas batallas destacando por su virulencia. A lo largo de su vida, realizó casi sesenta incursiones en territorio cristiano resultando victorioso en todas ellas. Entre las ciudades cristianas que asedió cabe destacar: León en el año 984, Barcelona en 985, Santiago de Compostela en 997, Pamplona en 999 y San Millán de la Cogolla en 1002. Cuenta la leyenda que mandaba recoger y guardar el polvo con el que sus ropas quedaban manchadas durante sus batallas contra los cristianos, para ser enterrado con él.

Un hecho destacable es que al asediar y destruir la ciudad de Santiago de Compostela, Almanzor, debido posiblemente a supersticiones o a sus creencias religiosas, dejó intacto el sepulcro y las reliquias del apóstol Santiago, lo que benefició enormemente a los reinos cristianos en su avance en la reconquista ya que permitió la continuidad del Camino de Santiago.

En el año 1002, a pesar de estar gravemente enfermo, Almanzor se puso a la cabeza de su ejército para atacar y destruir San Millán de la Cogolla. Esta fue su última incursión y probablemente murió en las cercanías de Bordecórex al sur de Soria y fue enterrado en Medinaceli, la principal base logística andalusí y punto de partida de sus correrías.

 

 

Campañas militares de Almanzor

Además de su aspecto guerrero Almanzor también se preocupó por hacer reformas legislativas y de ganarse el respeto y admiración de su pueblo gracias a sus victorias sobre los cristianos y a los botines de guerra que llevaba a Córdoba tras sus incursiones.

Almanzor, que estudió leyes en Córdoba, fue poco a poco acercándose al joven califa de la época Hisham II, hasta lograr ser nombrado Hayib y acaparar todo poder político y militar del Califato, desdibujándose de este modo la figura del Califa. Tras las muertes de Almanzor y del califa Hisham II, se desató una verdadera guerra civil entre los sucesores del fallecido califa y los partidarios de los descendientes de Almanzor. El Califato de Córdoba se sumió en un continuo proceso interno de violencia y descomposición hasta producirse su oficial desaparición pocos años más tarde en el 1032.

 

 

Mezquita de Cordoba

Si el Califato de Córdoba hubiera seguido existiendo con todo su esplendor, como en las décadas centrales del siglo X, habría sido muy difícil que los mermados reinos cristianos se expandieran hacia el sur. Pero con la temprana desaparición del poderoso Califato y su sustitución por los pequeños reinos de Taifas, los reinos cristianos, se recuperaron y en poco tiempo se convirtieron en una amenaza real para el Al-Andalus, que se culminaría con la reconquista de la ciudad de Toledo en 1085.

 

Estatua de Almanzor en Algeciras