Cabañeros
Parque Nacional de CABAÑEROS
Se encuentra enclavado a caballo entre el noroeste de la provincia de Ciudad Real y el suroeste de la de Toledo. En plenos Montes de Toledo, se enmarca entre las sierras de Rocigalgo y el Chorrito, al norte, y la sierra de Miraflores al sur. Dos afluentes del río Guadiana, el Bullaque y el Estena, señalan el límite del parque al este y al oeste, respectivamente. El Parque Nacional de Cabañeros está circunscrito por 6 pueblos que conforman su área de influencia socioeconómica, pertenecientes a las provincias de Ciudad Real y Toledo: Alcoba de los Montes y su pedanía Santa Quiteria, Horcajo de los Montes, Navas de Estena y Retuerta del Bullaque en la provincia de Ciudad Real, Hontanar, Los Navalucillos y sus pedanías: Los Alares, Valdeazores y Robledo del Buey, en la provincia de Toledo.
Como llegar desde el Hotel Almanzor FAUNA
Dentro de la fauna de Cabañeros cabe señalar algunas especies en peligro de extinción o vulnerables como el águila imperial ibérica, el buitre negro —cuya colonia alcanzó en 2004 la cifra de 186 parejas—, la cigüeña negra, o el amenazado lince ibérico. Entre los turistas que se acercan al Parque Nacional tienen mucha aceptación los ciervos, corzos y jabalís que pueblan las zonas llanas de “las rañas” que, junto con los árboles dispersos, han dado a este parque el sobrenombre de «Serengeti Español».
FLORA
Hay que recordar a todos los que visiten Cabañeros que este es un parque eminentemente botánico con especies de flora amenazadas o relictas como el abedul (Betula pendula ludebatula ssp. fontqueri) o el tejo (Taxus boccata). El parque tiene una gran variedad de árboles y arbustos propios del bosque mediterráneo y una amplia serie de microclimas, bosques de galería, trampales, bohonales, o reductos de bosques atlánticos de gran interés botánico.
GEOLOGIA
Además de la fauna y la flora, Cabañeros cuenta con un tercer recurso singular: su geología. En localidades como Navas de Estena se pueden recorrer zonas con fósiles de hace más de 400 millones de años, en el Ordovícico, cuando este territorio era mar. Recientemente se han encontrado en Navas de Estena los restos fosilizados de la actividad del gusano más antiguo descubierto hasta el momento.